miércoles

Adaptarse

Adaptación. Ese recurso, esa herramienta dispuesta a salvarnos el cuello cuando estamos a punto de perder la cabeza. Adaptación, una forma de hacer pases con la situación no deseada, un breve estímulo para decidir seguir adelante pero de costado.

Me adapto. No me gusta hacerlo, es más prefiero no hacerlo y luchar por no tener que hacerlo. Pero a veces me doy cuenta que no hay otra manera y cuando no quiero perder del todo me adapto.

Me ha sucedido varias veces en los últimos meses. Darme cuenta que las cosas no son como quisiera y, que por más que trato1 de que sea, no lo logro. No way.

Sé que suena conformista pero no lo soy, solo trato de no perderme parte de tu vida, trato de no ser borrado por completo. ¿De que sirven los planes si los cambiamos radicalmemente a cada rato?.

Me adapto a esta nueva forma, me duele, sí, me duele. Pero como cualquier dolor aprendo a vivir con él o a vencerlo totalmente.

viernes

Difícil

Que difícil es abrirse, confiar, esperar, decirlo todo.

Es muy difícil para mí. Difícil. Debe ser la palabra que más se asemeja a mi personalidad, que más me define. Soy difícil en varios aspectos. Claro, trato de no serlo, de ser más sociable de abrirme, de confiar, de entregar, de no trastocar el natural equilibrio de las cosas pero no puedo, es muy difícil.

Supongo que cada uno de nosotros tiene sus propias trabas, sus propios demonios, sus propias intolerancias. Supongo. No sé la confusión de querer algo y no buscarlo, de necesitarlo y no lucharlo, de reclamarlo y no darlo no va conmigo. No soy así.
Que difícil es para mi abrirme a los demás, pero lo intento, pero lo hago...

miércoles

Deseos posesos

"Lo siento, pero no quiero ser emperador. No es lo mío. No quiero gobernar o conquistar a nadie. Me gustaría ayudar a todo el mundo --si fuera posible--: a judíos, gentiles, negros, blancos. Todos nosotros queremos ayudarnos mutuamente. Los seres humanos somos así. Queremos vivir para la felicidad y no para la miseria ajena.

No queremos odiarnos y despreciarnos mutuamente. En este mundo hay sitio para todos. Y la buena tierra es rica y puede proveer a todos. El camino de la vida puede ser libre y bello; pero hemos perdido el camino. La avaricia ha envenenado las almas de los hombres, ha levantado en el mundo barricadas de odio, nos ha llevado al paso de la oca a la miseria y a la matanza. Hemos aumentado la velocidad. Pero nos hemos encerrado nosotros mismos dentro de ella. La maquinaria, que proporciona abundancia, nos ha dejado en la indigencia.

Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que maquinaria, necesitamos humanidad. Más que inteligencia, necesitamos amabilidad y cortesía. Sin estas cualidades, la vida será violenta y todo se perderá.

El avión y la radio nos han aproximado más. La verdadera naturaleza de estos adelantos clama por la bondad en el hombre, clama por la fraternidad universal, por la unidad de todos nosotros. Incluso ahora, mi voz está llegando a millones de seres de todo el mundo, a millones de hombres, mujeres y niños desesperados, víctimas de un sistema que tortura a los hombres y encarcela a las personas inocentes.

A aquellos que puedan oírme, les digo: "No desesperéis". La desgracia que nos ha caído encima no es más que el paso de la avaricia, la amargura de los hombres, que temen el camino del progreso humano. El odio de los hombres pasará, y los dictadores morirán, y el poder que arrebataron al pueblo volverá al pueblo. Y mientras los hombres mueren, la libertad no perecerá jamás.

¡ Soldados! ¡ No os entreguéis a esos bestias, que os desprecian, que os esclavizan, que gobiernan vuestras vidas; decidles lo que hay que hacer, lo que hay que pensar y lo que hay que sentir ! Que os obligan ha hacer la instrucción, que os tienen a media ración, que os tratan como a ganado y os utilizan como carne de cañón.

¡ No os entreguéis a esos hombres desnaturalizados, a esos hombres-máquina con inteligencia y corazones de máquina ! ¡ Vosotros no sois máquinas ! ¡ Sois hombres ! ¡ Con el amor de la humanidad en vuestros corazones ! ¡ No odiéis ! ¡ Sólo aquellos que no son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados ! ¡ Soldados ! ¡ No luchéis por la esclavitud ! ¡ Luchad por la libertad !

En el capítulo diecisiete de san Lucas está escrito que el reino de Dios se halla dentro del hombre, ¡ no de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres ! ¡ En vosotros ! Vosotros, el pueblo tenéis el poder, el poder de crear máquinas. ¡ El poder de crear felicidad ! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos. Lucharemos por un mundo nuevo, por un mundo digno, que dará a los hombres la posibilidad de trabajar, que dará a la juventud un futuro y a los ancianos seguridad.

Prometiéndoos todo esto, las bestias han subido al poder. ¡ Pero mienten ! No han cumplido esa promesa. ¡ No la cumplirán ! Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo. Ahora, unámonos para liberar el mundo, para terminar con las barreras nacionales, para terminar con la codicia, con el odio y con la intolerancia.

Luchemos por un mundo de la razón, un mundo en el que la ciencia y el progreso lleven la felicidad a todos nosotros. ¡ Soldados, en nombre de la democracia, unámonos ! Hannah, ¿puedes oírme? ¡ Dondequiera que estés, alza los ojos! ¡ Mira, Hannah! ¡ Las nubes están desapareciendo! ¡ El sol se está abriendo paso a través de ellas! ¡ Estamos saliendo de la oscuridad y penetrando en la luz! ¡ Estamos entrando en un mundo nuevo, un mundo más amable, donde los hombres se elevarán sobre su avaricia, su odio y su brutalidad! ¡ Mira, Hannah! ¡ Han dado alas al alma del hombre y, por fin, empieza a volar! ¡ Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza! ¡ Alza los ojos, Hannah! ¡ Alza los ojos!".

Charles Chaplin (El gran dictador)

¿Confíanza?

—Sé que te prometí la libertad —le dijo El Maestro con un deje de
amargura en la voz—, pero teniendo en cuenta las circunstancias, es lo mejor que puedo hacer.

Volvió a sentir la quemazón en la garganta y se agarró al volante.
Se llevó la otra mano al cuello y notó que el vómito le subía por la
tráquea. Emitió un grito apagado, tan débil que no se oyó fuera del
coche. De pronto entendió por qué el coñac estaba salado.

«¡Me ha envenenado!»

De El Código Da Vinci, de Dan Brown
"El Cine es el espacio en el que se puede trascender las limitaciones de la propia vida."
Calero Gamarra, Joel (Guionista y productor de cortos)