sábado

El Limpiador (3)

- Yo no lo hice
- Si, tu fuiste
- Eliza. Créeme. ¡Por favor, no lo hagas!
- Nunca pensé que serías capaz de una cosa así....
- No me estas escuchando. NO ME ESTAS ESCUCHANDO. ¡ELIZA!
- El mundo estará mejor sin ti.





Eliza acababa de entrar a la universidad. Estaba en la Universidad Privada de Comunicaciones (UPC) y pensaba que, al igual que sus últimos años en el colegio, pasaría su vida universitaria rodeada de vacío y rumores.


- Hola ¿tienes grupo para el trabajo de la próxima semana?
- No
- Entonces podemos hacerlo juntos? Me llamo Fred, Freddy Giles, pero me gusta que me digan Fred.
- Soy Eliza
Eliza, ok, entonces... ¿te parece que nos reunamos mañana en mi casa?
- ¿Donde vives?
- Acá cerca de la universidad, a tres cuadras, te anoto mi dirección.



Para la mitad del primer ciclo, Eliza y Fred eran amigos, hacían los trabajos juntos, pasaban los huecos entre clases juntos. Había química. Fred hablaba mucho y Eliza poco. A ella le gustaba no tener que hablar de su pasado y a Fred le encantaba que lo escuchen.

- Oye, ¿que te pasa?
- Nada
- Ok
- Si, si me pasa, me pasan muchas cosas pero lo principal es que ....
- ¿Qué?
- Me estoy enamorado de ti Eliza.
- .....
- Mira, estoy seguro de sentir algo y estoy casi seguro que tu sientes algo
- .....
- Podemos intentarlo, puede funcionar, podemos ser más que amigos
-No. No podemos

Eliza y Fred no volvieron a pasar horas juntos ni a hablar por teléfono. Se alejaron de golpe. Fred dejó de estudiar un ciclo para no verla y cuando volvió prácticamente no la miraba. Eliza volvió a estar sola, a fumar sola, comer sola, caminar sola y hacer sus trabajos sola. “Estoy acostumbrada”, se decía a sí misma.





- ¿Tú eres El Limpiador? ¿Tú?
- Violaste y mataste a una niña
- ¿Estas loca? Jodidamente loca....
- Mentir no te va ayudar
- Eliza, no, espera yo no....
- Tengo que hacerlo, sabes que tengo que hacerlo




Eliza estaba vestida con un jean negro, polo rojo y casaca de cuero negra. El estuche de su pistola estaba vacío. Le apuntaba a la cabeza de Fred.


- ¿El mundo mejor sin mi? Me conoces, tu sabes que no lo haría...
- Yo ya no te conozco
- Eliza, mírame, ¡MIRAME A LOS OJOS! ¡Yo no lo hice!



Eliza cerró los ojos y apretó el gatillo.

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