lunes

D.G.C.

Los caminos no están cruzados, solo perdidos entre ellos. Están violados por la insensatez de nuestros actos. Agotados por nuestra irreflexión, por la decadente pasividad de nuestras mentes.

Están absortos por la confusión de nuestros golpes y menciones, por la curva imperfecta y desconcertante de nuestras palpitaciones.

Nuestros caminos son senderos victimas de agitaciones e imprudencias. Están bañados por la desnuda vergüenza de la estupidez. NO. No están marcados, están distantes, duros y maldecidos.

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