No. Mis oídos nunca escucharon tanta perversión, tantos fantasmas gritar y gritar y gritar hasta sucumbir en heridas de realidad.
Si, de realidad. ¡¡Diablos!!, como duele a veces la Realidad, la verdad, la locura de los días repetidos en coro. La certeza del mañana naciendo desde mi cuarto. La irrealidad puede ser peor?.
Músicas, llantos, heridas, mujeres, alcohol, nombres. TU NOMBRE. Oscurecí hoy ante tus párpados.
Me callé ante tu risa.
Ya no más
lunes
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